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¿Nuestra Villa Nador?

Publicado por rifito On 15.8.16 1 comentarios


No importa que fuese un pueblo, de aquella costa africana;
Que hubiera poco dinero, en sus casas de una planta;
Sus calles rectas de tierra, cuadriculando el espacio;
Cine colegio e iglesia, la estación y los estancos;
Unos miles de vecinos, mil familias más o menos;
Más otro millar, muertos en el cementerio;
Un pueblo de pescadores, no quedan lejos las minas;
Cerca también los cuarteles, y el poblado de Tawima;

¿Has visto hoy salir el sol, sobre el agua de Mar Chica?
Aroma a yodo y salitre y calles llenas de vida;
El paseo de las palmeras, se entera de cuándo es fiesta;
Al ver la gente pasar, hacia el baile en Caza y Pesca;

¿Has visto a mi hermana Antonia? Creo que estaba con mi prima,
En la plaza del pilar con su pandilla de amigas;
¿Y a nuestro compadre Andrés? ese estaba con más gente
En el velorio del sastre que falleció de repente;
Por las mañanas el zoco se llama hasta reventar;
Y en las tardes los paseos por la orillita del mar;
En la estación de autobuses, están dando despedidas;
A los que se van marchando buscando una nueva vida

¿Has visto hoy salir el sol, sobre el agua de Mar Chica?
Aroma a yodo y salitre y calles llenas de vida;
El paseo de las palmeras, se entera de cuándo es fiesta;
Al ver la gente pasar, hacia el baile en Caza y Pesca;

Pero hay sitios que se mueren, sin que ocurra un cataclismo;
Ni los arrase una guerra, sólo con el pesimismo;
De saber que se termina la vida, que uno vivió;
Cuando una tarde en la esquina, tu amigo se despidió;
Yo me voy a Barcelona, ¿Y tú donde vivirás?
No sé si iré con mis tíos, que están por Torre del Mar;
Conforme se ha ido la gente, mi pueblecito se ha vaciado;
Sólo me quedan recuerdos del viejo protectorado

Ya no veo salir el sol, sobre el agua de Mar Chica…
Ni aroma a yodo y salitre ni calles llenas de vida;
Las palmeras del paseo, han cambiado su color;
El color de los recuerdos, de nuestra Villa Nador;
El color de los recuerdos, de nuestra Villa Nador…

El pasado mes de abril, la exposición 'Igudman. Renacimiento de un mito compartido' reivindicó en la sede de la Biblioteca de Andalucía de Granada la artesanía bereber con una treintena de obras realizadas según las tradiciones de esta zona del norte africano y que sumaró talleres para enseñar sus técnicas ancestrales.

La investigación de la tradición amazigh, que hace referencia a los bereberes, y la reivindicación del arte de esta región del norte africano se han traducido en una exposición del artista marroquí Khalid Assallami, que recorre con una treintena de piezas realizadas en madera, hierro y tierra la artesanía de su país. Se expone en la sede de la biblioteca de Andalucía de Granada y la muestra pretende recuperar los secretos de un tipo de artesanía protagonizada por la mujer amazigh y que se están perdiendo por el éxodo rural y el desarrollo de una economía moderna en la zona.

"Esta obra también evoca la identidad amazigh que reclama un arranque de orgullo y de reconciliación", ha apuntado el artista plástico, que ha detallado durante la presentación de la muestra que la selección de los materiales pretende evocar el entorno y la supervivencia del pueblo bereber.

Assallami ha explicado que esta exposición, que organiza la Junta en colaboración con la Fundación Euroárabe de Granada, pretende dar "un respiro" y mayor vida a las creencias bereberes que han influido en el arte pero que también han adoptado las creencias de pueblos vecinos.

El representante de las bibliotecas Interculturales dependientes de la Consejería de Cultura, Suhail Serghini, ha anunciado que la exposición sumará los talleres "Puertas bereberes", que impartirá Assallami para dar a conocer la riqueza de la artesanía y la cultura amazigh, que tiene un fuerte componente espiritual.

Los talleres, que se impartirán el 31 de mayo y el 1 de junio, utilizarán materiales naturales como la madera o pigmentos para plasmar y descubrir las formas geométricas ancestrales propias de esta artesanía. 


Fuente: Agencia EFE

El naturalista, historiador y etnólogo francés Sabino Berthelot consideraba que las inscripciones alfabéticas pueden ser del tipo de escritura libio-bereber. Renata Springer dice que son similares en todo el norte de África desde Libia, pasando por Marruecos, a Argelia y Túnez. s grabados de El Julan han sido clasificados en inscripciones alfabéticas líbicas y formas geométricas compuestas por "círculos aislados, partidos por uno o más diámetros o tangentes, trazos sinuosos, herraduras", motivos que, según Rubén Naranjo, forman, generalmente, paneles muy complejos, algunos de varios metros de largo. M. Hernández Pérez, para su estudio y mejor localización, denomina a cada uno de los conjuntos de grabados con el nombre de Los Letreros, los más cercanos al Tagoror, y Los Números al otro grupo, situado a unos 500 metros al Norte del conjunto anterior.

Sobre el significado de estos grabados muchos han sido los que han opinado, como, por ejemplo, Sabino Berthelot, quien considera la posible pertenencia al tipo de escritura libio-bereber de las inscripciones alfabéticas.

Álvarez Delgado considera, como añade Rubén Naranjo, que las inscripciones herreñas son de la misma técnica y autores que las saharianas de Mauritania, correspondientes a "moriscos" o "berberiscos" mauritanos del siglo XV, temporalmente arribados a estas islas.

Podría ser, que las inscripciones líbico-bereberes representaran la lengua del primitivo herreño y que se tratara más de "conservar" y "fijar" ciertos hechos, que de transmitir. T. Manad en un estudio sobre L' Adrar Ahner, señala que gran parte de las inscripciones allí estudiadas, y en el Sáhara en general, contenían cuestiones tales como: nombres propios, proposiciones galantes o injuriosas, no descartándose, por supuesto, un valor mágico de otras con contenido diferente.
Después de haber realizado un estudio durante dos años en esta ladera de la Isla, Renata Springer explica que estas escrituras, que aún no se han logrado descifrar, son similares en Canarias y en todo el norte de África hasta llegar a Libia y pasando por Marruecos, Argelia y Túnez y también Níger y Mali.

Entre los tuareg su uso es vigente hoy en día, por tanto, se justifica hablar de ella como la escritura africana de mayor ocupación geográfica desde la Antigüedad, que en Europa solamente existe en Canarias, destaca la investigadora.

"Es la escritura africana", asegura la doctora en Filología, quien destaca que la importancia de estos grabados reside en que son los testimonios materiales que han quedado de la vida que existió en El Hierro antes de la Conquista.

Consonántica, sin separación entre palabras y con caracteres que se dan la vuelta para leerse en una u otra dirección, son algunas de las claves de esta escritura que revela que los antiguos habitantes de Canarias procedían del Norte de África y eran bereberes.

Por su parte, los motivos geométricos son probables representaciones simbólicas, también es posible que algunas reflejen esquemas de motivos figurativos, lo cual aún está siendo estudiado por los investigadores.

Se supone que el motivo por el que hacían estos grabados tenía que ver con algún tipo de ritual de la sociedad de la época, desvela Springer, que señala que en El Julan también se han encontrado múltiples vestigios arqueológicos, como aras de sacrificios y un tagoror.

Todo esto apunta a que el sur de la isla de El Hierro constituía una zona en la que se reunía de forma asidua la población de la época, por la que pasó esta grafía de una generación a otra durante más de ocho siglos y que se ha conservado en buenas condiciones hasta el día de hoy.

Una situación que la experta teme que pueda cambiar si se produce una erupción volcánica en la zona. El Julan, en riesgo volcánico, es el mayor yacimiento de grabados de Canarias.

Los restos arqueológicos de El Julan han sufrido ya algún tipo de deterioro por la mano del ser humano, por lo que no hay que olvidar lo que en 1929 dijo Darias Padrón: "De no tomarse medidas preventivas, estos caracteres escrituarios están llamados a desaparecer totalmente en plazo breve, como ya les ha ocurrido a los de la Caleta".

En ella se han mezclado las esencias del Mediterráneo y el Atlántico. En ella se han encontrado, de manera armónica y sin esfuerzo, las semejanzas que unen y las diferencias que no separan de dos o quién sabe cuántas culturas. Y todas esas vivencias, las que da la vida, Nuria Guardiola las ha plasmado, a través de distintas técnicas y diferentes colores, en sus obras, las que desde ayer y hasta finales de septiembre se podrán ver en el Museo Municipal.

"Antes pintaba luchando y ahora ya no lo hago, no lo necesito", afirmaba esta artista, que eligió como modo de vida la docencia, sin abandonar la pintura, profesión que la ha llevado a vivir ahora en Marruecos. Es un viaje personal, es su historia, con sentido narrativo y temático. En la planta baja está la secuencia vital que une las tierras de Nador, territorio de Rif/Marruecos, en las que trabaja como docente, y las de Cangas, época de profesora en Redondela, con el agua como nexo, Mediterráneo o Atlántico. Desde la entrada, con ‘Coeur D’amazigh’ (2014_15), lo más reciente, que da título a la retrospectiva, está el azul beréber del ‘claire de lune à la corniche’ en Nador, obra efectista de sensaciones sinestésicas, o las plácidas vistas desde el monte Gurugú, nombre que asociamos a los dramáticos tiempos del final del reinado constitucional de Alfonso XIII con el desastre de Annual, en la primera mitad de los años veinte del pasado siglo, y la guerra contra Abd-el-Krim, sucesos luctuosos para el honor militar.
La exposición, explica Guardiola, "está dividida en cinco partes distintas" y cada una de ellas tiene que ver con una parte del camino que la vida la llevó a recorrer.

"La primera, llamada Pantanos de mutación, fue creada en 1988, durante mi estancia de doctorado en Francia. Empecé con mucha inquietud en el arte y con muchos conflictos, era muy rebelde", asevera. Su residencia en Cangas do Morrazo coincidió con el declive de la industria conservera, "y yo me posicioné a nivel pictórico", destaca. Y esa vivencia es la que marca la segunda parte de la exposición.

Nuria Guardiola es, sin duda, una mujer en constante búsqueda, bien sea desde el conflicto o la tranquilidad, y eso también la ha llevado a recorrer, "en solitario, porque me gusta mucho la soledad", distintos Faros de Galicia, que plasma en la tercera parte de la exposición, que ocupa las tres salas del Museo. "La inquietud de dormir allí, al lado del faro, las vivencias de esas soledad, me las llevo después a mi taller y reinterpreto la experiencia vivida".
La última parte está creada en Nador, Marruecos, donde reside e imparte clases. "Marruecos es una ventana, sobre todo el norte. Allí la gente es muy amable y respetuosa. Tienen un gran corazón y un orgullo por lo suyo". Así que el título de esta parte, "Coeur d'amazigh" (Corazón bereber), da nombre a toda la exposición.
Nuria Guardiola, quien tiene su taller en Beariz, asegura que "Ourense será el capítulo final para pintar. Una vez que me jubile espero residir aquí y entonces será el momento de dedicarme a trabajar el interior de Galicia, pero aún no ha sido el momento. Todo llegará".

Llegar a esta exposición, que lleva casi seis años gestándose, fue toda una odisea, "trasladar más de cien cuadros desde Marruecos fue en sí una aventura", afirma.

Un hombre que eligió ser libre, que molestaba y molesta (ya que sus escritos siguen muy vivos) por su extrema franqueza, que redujo en pedazos los tabus de una sociedad fosilizada por el Islam y el arabismo. Mohamed Chacha, escritor y poeta rifeño, murió el miércoles 29 de junio en Amsterdam, en los Países Bajos tras una larga enfermedad. Forma parte de los amazighs que se negaron a someterse a la monarquía marroquí, tuvo el valor de decir no, gritar en voz alta, escribir e incluso cantar.
Chacha nació el 15 de agosto de 1955, en Ikebdanen (Kebdana) cerca de Nador. De niño, quedo marcado por la represión de la rebelión del Rif en 1959 por parte del régimen de Hassan II. Esta represión salvaje supuso un balance de miles de muertos en las filas de los imazighen del Rif, y dicho sufrimiento que vivió quedó grabado en su mente y cambió para siempre su percepción de las cosas lo que provocó su temprana implicación en política. Continuó sus estudios en Nador, en la escuela secundaria Mhend Amezian, comenzó a cantar y hacer teatro. Se unió a la organización de extrema izquierda "Adelante" y entró en rebelión contra la tiranía. Fué expulsado de su escuela después de negarse a cantar en una fiesta oficial de Marruecos. Comprometido en varios frentes, va a terminar provocando la ira de las fuerzas de represión de la monarquía y, siempre, rechazó todas las ideologías dominantes y soñaba con la revolución y la liberación de los imazighen.

Dejó su tierra natal para partir a los Países Bajos en 1977, para no volver.
Con su marcha a los Países Bajos, el activismo de Chacha no terminó; mas bien, se intensificó. Poco tiempo después se unió a diferentes asociaciones para la defensa de los derechos humanos y a campañas a favor de los derechos del pueblo amazigh ya que siempre fué consciente de que los bereberes tienian que tomar su destino en mano. Con los años, publicó libros en árabe y amazigh, y participó en diferentes noches artísticas en las que cantaba. Estaba presente en todos los frentes y participaba en reuniones y conferencias en Alemania, Bélgica, España y Francia, en las cuales  contribuyó activamente a la popularización de conceptos tales como la independencia de la República del Rif.
El Rif siempre ha estado en el centro de toda su obra y su pensamiento.

Chacha escribe como habla. Sus letras son simples, pero fuertes. En un espectáculo que fue dedicado a él en Amazigh TV, varios de sus amigos, entre ellos el poeta y dibujante Mhend Abettoy explica que está "mal comprendido por sus contemporáneos, visionario y rebelde, nació antes de tiempo. Tal vez la gente va a entender lo que quería decir en cien años", dice Abttoy. Sus obras literarias tienen una sinceridad poco común y representan enormes espacios de libertad. En ellas los tabus caen por su propio peso, desaparecen y se funden como la nieve bajo los rayos del sol.
Entre sus publicaciones destacar, "Raz tuɛaryent, d tarewra zeg Yitán" (1995) y traducido al holandés y "Raz ṭabu ad d teffeɣ tfukt" (Novela / 1997), "Ajḍiḍ umi yitwagg celwaw" (Relatos / 1998) "tibbuherya zi Clay guerra εad Twid "(Relatos / 1999), "Abrid ɣer yezran "(2000), Araji (2016), "Tuf teqqen "(Novela), "Tiri Sin tayri" (Novela), "Tarwa n umadal" (canciones). También ha publicado cuatro libros de poesía en árabe. 

Chacha fué también uno de los líderes de Amazigh TV, una television online que se emite en los Países Bajos y que llevaba a cabo una serie de entrevistas y columnas en la literatura y la política en el Rif. Chacha nació y vivió libre y enojado. Murió un hombre libre.
En su testamento, pidio que no se le enterrara por el rito musulman y su deseo fué respetado por su familia. Las mujeres también asistieron a su funeral, lo que causo cierta polémica entre los presentes.
Hasta con su muerte, Chacha, parece querer romper con algo, hacer del hombre un ser libre (amazigh).




"Ya no seremos más de siete", dice Juan Román de los españoles naturales de Alhucemas (antigua Villa Sanjurjo) que siguen viviendo en esa ciudad marroquí a orillas del Mediterráneo. "Están también los profesores del instituto, que ojalá no lo cierren, y muchos antiguos residentes que celebran dos encuentros al año".Román, de 60 años, acaba de publicar, editado por el Ayuntamiento de Melilla, Fragmentos de una conversación continua sobre Alhucemas, que pasa revista a los hechos históricos a partir de la fundación de la ciudad tras el desembarco de Primo de Rivera en 1925, e incluye una amplia gama de fotografías. El meollo del libro lo forman ingentes charlas entre paisanos del autor, un alarde de datos llenos de vida y de memoria. "Es como una jaculatoria que no se acaba", dice Román. Una memoria en la que ha quedado impreso el tremendo vendaval de 1949, que desmigajó el espigón y arrasó el barrio del Quemado, y desde luego, el gran vuelco de la independencia en 1956. Una memoria sin nombre propio en la que tienen sitio el cine Fajardo; el Juventud Club de Fútbol; el legendario suicidio de Pedro, que saltó del Morro Viejo vestido a la andaluza y con su caballo negro, o el mendigo al, que zurraron los falangistas porque les saludó con un paquete de pipas en la mano y creyeron que cerraba el puño; las andanzas esquineras de la Azabache o la Plexiglás, que se la llevó un brigada legionario. Román no tiene nostalgia: "La ciudad ya no es nuestra, el mundo y nosotros cambiamos. Pero que no se diga que España no estaba avisada".

Alhucemas permite a este español recalcitrante explicarse el mundo entero. "Creo que los rifeños son gente que sabe sobrevivir y vivir, y que por eso han aguantado el paso de todos los poderes que les han caído encima. Tomemos el ejemplo de los mil cafés que hay en Alhucemas. ¿Qué hace allí la gente, que parece que no hace nada? Pues está trabajando: no tienen teléfono ni ordenador, pero en el café permanecen informados, y saben cuánto va a, tardar el camión que les interesa, o a cómo sale el cemento, o qué pasa con tal o cual patera... Llevo toda la vida allí y aún no sé de qué viven. Claro, que tampoco sé de qué vivo yo".

En invierno, Román escribe libros como el presente o Un desembarco más: escritos sobre el Rif marroquí, editado en Italia; en verano pinta o esculpe. "Quien se queda dos o tres años en Alhucemas, se engancha", dice. "Cooperantes europeos o funcionarios del sur marroquí llegan rezongando, y luego quedan atrapados, y, cuando les toca irse, hay que llevárselos a rastras. Incluso los profesores españoles que por fin se van acaban haciendo como los viejos habitantes de Villa Sanjurjo, reuniéndose entre ellos y recordando".

"Alhucemas fue levantada por gente civil, como mi padre , que tenía una zapatería; gente que incluso quiso construir una medina para fomentar la población rifeña", dice Román. Ahora tiene unos 60.000 vecinos. "Los jóvenes sólo piensan en cruzar a Europa".
Articulo "El último de Alhucemas" escrito por Miguel Bayon Pereda, editado por "el pais" (edición impresa del Viernes, 3 de marzo de 1995)

Amazigh --que en lengua bereber significa 'hombre libre-- es el relato "intenso y emocionante de un gran viaje en moto hasta el Sáhara", según ha informado Motoviajeros en nota de prensa.


"El libro contiene humor, sensibilidad, espiritualidad, nostalgia, amistad, honestidad... Todos los ingredientes necesarios para revivir una aventura que se inició en Toledo y terminó 4.176 kilómetros después, «o que quizá no haya terminado aún», apunta Quique Arenas.

Este libro representa "una magnífica oportunidad para revivir, en unos casos, o descubrir, en otros, las sensaciones, personajes y lugares que esperan al otro lado del Estrecho".
Tanto para quien no ha entrado en contacto con el desierto como para el experto conocedor de la geografía norteafricana -y también para quienes no tienen moto pero disfrutan con la literatura de viajes y aventuras-, la obra representa una magnífica oportunidad para revivir, en unos casos, o descubrir, en otros, las sensaciones, personajes y lugares que nos esperan al otro lado del Estrecho.
Explica que su motivación es el puro placer de viajar en moto. También aconseja que "para viajar, son necesarios la sonrisa, la cinta americana y el velcro".
Como resultado de sus viajes puede contar anécdotas y experiencias. Entre las primeras, en una escala de su viaje a Marruecos, como no quería dejar su moto a la intemperie (la cuida como a un niño), entró con ella en un hotel. Tras preguntar si la podía dejar ahí, le contestaron que sí. "¡Como en España o en Europa!", pensaría. De hecho, para presentar su libro en Toledo va a entrar, no sin su moto, en la Iglesia de San Vicente, que alberga el Círculo de Arte, lugar que acoge el acto.

Quique Arenas es periodista y director de Motoviajeros, la primera revista en español de periodicidad mensual, dedicada a los viajes y rutas en moto, y ha realizado viajes durante más de veinte años por España, Europa y Sudamérica. Además, ha sido nombrado primer Socio de Honor de la Asociación Española de Mototurismo (Aemotur).
El libro cuesta 14 euros y se puede adquirir pinchando en el enlace siguiente: http://www.ubricarmotos.com/para-regalar-a-un-motorista/30683-amazigh-en-moto-hasta-el-desierto.html

Danza, alegría.
Té, cus-cus.
Melancolía
raíces y cábila.
Hospitalaria halamadanía.
Idiosincrasia amazigh.
Cultura milenaria.
Tribus varias,
especias y barro.
Adobe y aroma.
El cordero que siempre
acompaña
Ouhajje, El Founti,
Yqraien, Ibujien…
y el rifeño de mi alma.
Olor de anafre, pan de trigo.
Tallin.
Y tu abierta morada.
Das de beber al sediento,
zalea al que descansa.
Y aunque sea, un trozo.
de pan con aceite,
y un vaso de té.
al que pone el pie.
En tu cábila.
El Don del que presume.
tu semblanza.
Bereberes, ¡ qué hermosa palabra!

Horía Abselam

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