La película habla del viaje de Zayen a su pueblo nativo Lemsella en Kabylie hasta Baden-Baden en Alemania. A pesar del interés de Zayen por el encanto de los bonitos castillos y la vida de castillo que ofrece Baden-Baden, para Zayen le es imposible olvidar las antiguas casas de piedra y tierra de su infancia.

De siempre, el Hombre nace sobre la tierra de sus antepasados. Sueña ir y conocer otras regiones. Pero cualquiera que sea el lugar donde se encuentra, cerca o alejado, volverá de nuevo siempre a sus orígenes. Cuando se deja su país, y se va lejos, se descubren quizás las riquezas del mundo.

Se imagina incluso a veces poder aligerarse de su problema, de sus sempiternas preocupaciones e irritaciones diarias. Pero a pesar de experiencias enriquecedoras a menudo a la altura del viaje emprendido.Para el la mejor allí que en sí no existe. La vuelta sobre sí mismo, hacia sus raíces parece entonces ineludible.