Una vez más una rebelión o un intento de cambiar las cosas de una vez por todas ha fracasado. Estos últimos dos días, la región de Alhucemas (Aït Bouayach) se ha levantado con cierta calma, que difiere totalmente con el ambiente de reivindicación y protesta de hace unos días.

Y es que lo que no se puede callar tapando bocas, se calla a mamporrazo limpio. Incluso el último miércoles el mekhzen marroquí dispersó a un grupo de personas que trataba de concentrarse en Rabat, en solidaridad con las movilizaciones antisistema y reivindicativas registradas en la nombrada localidad de Aït Bouayach.

Las versiones difieren entre las de algunos testigos que hablan de golpes contra los manifestantes y las de las fuerzas de seguridad que califican de ilegal la concentración y alegan que la actuación policial no fue violenta.

Un periodista de Reuters ha confirmado que al menos tres personas han sufrido heridas por las porras utilizadas por los agentes contra varios cientos de personas que se habían reunido en la zona centro de Rabat. Estos manifestantes supuestamente intentaban concentrarse ante unas oficinas del Gobierno local.

E inclusive la prensa internacional, tal como repentinamente se puso a informar de los sucesos acontecidos en la región, deja de informar como si nunca hubiese pasado algo.

Esperemos que como mínimo los rifeños y los imazighen de Marruecos sigan defendiendo el título de "Hombres Libres" que muchos llevan con honra.