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¿Bereberes en América en el S. I?

Publicado por rifito On 15.5.09

Por Jaime Rubio Rosales

En un congreso de arqueología en Viena, en 1984, se presentan evidencias de los restos de una expedición organizada en el Siglo I por los descendientes del rey Juba-II, gobernador de la provincia romana de Mauritania, para ponerse a salvo de la furia de Calígula. Estos restos fueron encontrados en una cueva de Illinois, en Estados Unidos, por el arqueólogo R. E. Burrows, profesor de la Universidad del estado citado.

¿Cómo llegaron hasta allí los expedicionarios bereberes? En barco, naturalmente, costeando e internándose en los grandes ríos americanos en busca de un lugar seguro, lejos de la furia romana. Por lo aportado por el profesor Russel los bereberes tenían mapas fenicios donde se detallaba con precisión la costa americana desde las islas del Caribe hasta más arriba de Florida. Un general fiel a Juba organizó la expedición, de cuyos detalles dejaron constancia los escribas que llevaba.

Fue una disputa relacionada con Canarias lo que desató la furia de Calígula. El caso es que este emperador loco citó al hijo de Juba-II, Ptolomeo, a Lyon y, durante la representación de una obra de teatro, Calígula le echa en cara que lleva puesta la túnica púrpura, reservada únicamente para el emperador y los senadores romanos. Ptolomeo se defiende alegando que es emperador de Mauritania y que el es el productor del tinte púrpura que da color a esas túnicas aristocráticas, elaborado en las Islas Afortunadas, en sus dominios.

Pero Calígula no le escucha y le echa en cara que ha incumplido el viejo decreto de Augusto que restringía la túnica púrpura a la familia imperial. Así que lo manda a la cárcel donde sería asesinado varios días mas tarde. Esto provoca una gran revuelta en la Mauritania, disturbios que le dan a Calígula el pretexto para mandar al general Fungi con sus tropas y reprimir la rebelión. Pero Fungi tiene también ordenes saquear todo el país y matar a la familia de Juba y a sus fieles seguidores. Calígula sabía que la provincia de Mauritania había alcanzado gran prosperidad con Juba-II y abundaba en la riqueza. Una riqueza que el necesitaba desesperadamente para pagar sus enormes deudas.

Juba-II no había sido un bereber vulgar. No. A los cuatro años fue acogido por Augusto como un hijo y lo educó en la corte imperial. Juba se llamaba entonces Caius Julius Juba y era un auténtico romano: leía y hablaba el latín y el griego, estudiaba gramática y oratoria y pronto destacó como un auténtico intelectual.

Escribió una treintena de libros de diversa materia y Augusto se fijó en el como futuro gobernador de la lejana provincia de Mauritania. Antes de mandarlo a su nuevo destino lo casó con la hija de Cleopatra, la reina egipcia, llamada Cleopatra Selene. Juba-II fue un buen gobernante, preocupado por la cultura y el bienestar de su pueblo. Llenó su reino de bibliotecas y escuelas donde se enseñaba el latín y el griego, construyó puertos y carreteras, creó industrias y, en definitiva, aumentó la prosperidad de su pueblo. Esto despertó la envidia de Roma y se crea la leyenda del tesoro de Juba. A su muerte, le sucede su hijo Ptolomeo, que continúa la magnífica labor de su padre. En Roma ya no está el bueno de Augusto, sino el sicópata de Calígula. Pronto se fija en la riqueza del joven Ptolomeo y, con estratagemas, se deshace de el. Entonces manda al general Fungi con 2500 hombres a saquear, matar y encontrar el tesoro de Juba.

Mientras, la familia real mauritana y sus fieles seguidores se dirigen a Tarfaya para coger la flota, de más de 20 barcos, que el general Alexander les había preparado. Corre el año 41 de nuestra era y, en julio, los mauritanos embarcan en los grandes “frumentaria”, navíos de 40 toneladas que empleaban para el comercio con Roma y sus provincias, como Hispania o Britania. Llevan con ellos las momias de Juba y su esposa, así como parte de su Biblioteca y grandes cantidades de monedas de oro y plata.

Se dirigen a Canarias, pero pasan de largo por miedo a ser interceptados por los barcos romanos y se dejan llevar por los alisios y las corrientes que los llevan sin dificultad a las costas americanas. Aquí van dejando gente en distintos sitios: Panamá, Yucatán, Florida. Siguen mas arriba hasta que encuentran la desembocadura del rio Ohio y el Embarras, llegando hasta un lugar de indios pacíficos, Illinois. Aquí desembarcan y buscan una cueva donde enterrar su “tesoro”. Y ahí ha estado casi 2000 años, hasta que en 1980 fue encontrado por el profesor Burrows y su equipo, dándolo a conocer en 1984, en Viena.

Estos nuevos datos, ¿no implican una nueva perspectiva del papel de Canarias en el S.I? ¿Formó Canarias parte del Imperio Romano? ¿Fue este el origen de los primeros poblamientos de Canarias? ¿Existen documentos importantes sobre Canarias en la biblioteca de Juab-II?

3 Comentarios para "¿Bereberes en América en el S. I?"

  1. Anónimo Dice,

    EXCELENTE PUBLICACION, OS FELICITO CADA DIA MEJORANDO CON TUS APORTES. GRACIAS.

     

  2. Anónimo Dice,

    yo diría increible aportación. Nose hasta que punto puede ser cierto, pero siempre pense qu antes de colón otras flotas habían alcanzado america

     

  3. Anónimo Dice,

    siempre supe que america tenia algo que nos atraia a los bereberes , ya que se han encontrado restos y manuscritos por africa , europa y asia , amercica no es de extranañar.BAK NABIL

     

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Danza, alegría.
Té, cus-cus.
Melancolía
raíces y cábila.
Hospitalaria halamadanía.
Idiosincrasia amazigh.
Cultura milenaria.
Tribus varias,
especias y barro.
Adobe y aroma.
El cordero que siempre
acompaña
Ouhajje, El Founti,
Yqraien, Ibujien…
y el rifeño de mi alma.
Olor de anafre, pan de trigo.
Tallin.
Y tu abierta morada.
Das de beber al sediento,
zalea al que descansa.
Y aunque sea, un trozo.
de pan con aceite,
y un vaso de té.
al que pone el pie.
En tu cábila.
El Don del que presume.
tu semblanza.
Bereberes, ¡ qué hermosa palabra!

Horía Abselam

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